Andaluces por digo Madrileños por el mundo: de la Iglesia en Viena

Nos llega una colaboracion a nuestro correo ( randomsouthplayer@gmail.com ). Cierto es que ya ha transcurrido un tiempo y la temporada de ext ya paso. Pero a quien coño le importa si estais leyendo este blog es para reiros y salsear que para algo somos humanos. Los del sur nacen donde quieren y este parece ser el caso de nuestro amigo David que nos cuenta sus peripecias por la ciudad de los palacios(la que esta en Austria no en Sevilla).

Qué bonito es viajar, que bonito es ir a otros países y conocer otras culturas, ver museos, obras de arte…

Y comer y beber siguiendo las costumbres del sitio en el que estés, por supuesto!

Bueno, vamos con la salsa que es lo que os interesa a todos, en cuanto al torneo lo más relevante es el DQ que un juez español, adivinad cual de estos dos fue,

le dio a nuestro querido Manolito. Los hechos en sí fueron los siguientes: Manolito juega Agro loam, vienés al bulto juega Tron y los dos están ya fuera del segundo día, con lo que el resultado de la partida es irrelevante. El de la Tron tiene un Ángel de platino en mesa y previamente Manolito se había cargado un Mox de cromo con un Reguero de ruptura (subóptimo, sin duda) y el oponente le había removido el reguero junto a otras cartas con una Tormods (vale, carlos?). El momento en el que se gesta la tragedia llega cuando Manolito tira un Loam y entre dos tierras el reguero se queda “pegado” volviendo mágicamente (ni Harry Potter, oye) a su mano. El platino se muere rápidamente, obv, pero el de la Tron, que pese a no ser andaluz está acostumbrado a que todo el mundo haga fullas a su alrededor, comprueba las cartas removidas del juego de Manolito y llama a un árbitro. A partir de aquí se dan un par de cambios de versión y como suele pasar en estos casos DQ al canto.

Durante el torneo se dio otra situación peculiar, y trata de nuestro querido Johan, también conocido por alguna que otra fémina del colectivo magiquero como “demasiado guapo para mí” o como “el más internacional de los jugadores españoles”. Resulta que a Johan le toca jugar un Feature match contra Sebastian Thaler, y cierto árbitro español cuyo nombre no puedo decir

le comenta al Scorekeeper del torneo que si podía poner en el cartel junto al nombre de Joel Calafell las siglas CAT en lugar de las preceptivas ESP. El Scorekeeper, con cara muy seria, le contestó a nuestro querido árbitro que a él Joel le constaba como jugador español y que, pese a la insistencia del pesado del polo de rayas haciendo hincapié sobre la existencia de una diversidad de sentimientos nacionalistas en nuestra querida piel de toro, el hecho era que para la DCI Cataluña no es un país. Johan ofendidísimo pilló un rotulador que había por allí y realizó las modificaciones oportunas al cartel en cuestión.

Una vez acabado el torneo sólo nos quedaba explorar tan bella ciudad a la busca de aventuras, y vaya si las encontramos. Para empezar Jorge Alarcón, AKA Judge simpático, fue visto morreándose a lo bruto en una conocida cafetería vienesa con otro juez, concretamente un español. De nivel 3. De Barcelona. El de la foto de antes. No es ni Kostompy ni AJ. La experiencia debió ser altamente satisfactoria, ya que a nuestro querido Jorge se le quedó una mirada un tanto libidinosa tras el encuentro (fugaz, pero encuentro al fin y al cabo).

Parece ser que a dicho árbitro le ha molado el rollo de irse besando con MTG players, a ser posible madrileños, ya que fue visto dos fines de semana después dándose el morro con un jugador en medio de un torneo de la Liga Catalana de Vintage.

Y he reservado lo mejor de lo acontecido durante el viaje para el final: el borracho vienés con Buyback y Flashback.

Después de cenar el Domingo tras el GP nos fuimos a tomar unas copas y acabamos entrando en un bar al bulto en el que había 4 personas: el camarero (muy borde, por cierto), una pareja dándose el lote y un señor mayor en evidente estado de embriaguez. Nos pedimos nuestras bebidas y todo empieza cuando Carlos Ho empieza a importunar a nuestro borracho.

La cosa se empieza a animar cuando el borracho ve que le damos rollo y vuelve una y otra vez a por Alexis primero, a por Saúl después y finalmente, comprobándose una vez más que no hay nada más dulce que la carne joven, a por Johan.

El momento realmente tenso vino cuando al sonar en el garito el “Another brick in the wall” de Pink Floyd el borracho volvió con más ímpetu que nunca a por Johan cantando como un poseso (se sabía la letra!!!)

ante la clara pasividad de los árbitros que no intervinieron en el altercado.

Finalmente Carlos Ho al grito de “dejadle en paz, es mi amigo!!!” apaciguó los ánimos para tranquilidad de Johan que ya se veía durmiendo acompañado.

Lo realmente tremendo de la historia es que el borracho tenía Flashback. A la mañana siguiente nos encontramos con tan bella estampa en un pasillo del metro.

Como habéis visto fue un fin de semana lleno de aventuras y diversión, a ver que tal se nos da Bruselas…